¿Cuánto te cuesta cada proceso de selección?

Todo proceso de selección tiene una serie de fases cada vez que se lleva a cabo, así que vamos a dividir las fases por las que pasa cada proceso de selección, y el tiempo estimado requerido por un profesional en la materia en cada una de ellas. Es posible que alguna de las fases no las estés llevando a cabo por algún motivo, y, si eso ocurre, la traducción automática es que tu margen de error aumenta exponencialmente, por lo que el riesgo de multiplicar el coste por cada selección será bastante elevado.

Las fases de cualquier proceso de selección son las siguientes:

-Análisis de puesto de trabajo (APT), es decir, todas las características concretas del puesto ofertado: el tiempo estimado para la confección de este análisis es de unos 30 minutos.

-Publicación de oferta (PO): en este caso dependerá del portal de reclutamiento utilizado, pero más o menos hay que contar 20 minutos por publicación en cada portal que se decida usar.

-Criba curricular (CC): esta es la parte más laboriosa del proceso, y también vital para la elección de la persona adecuada. Según las fuentes de reclutamiento utilizadas y la respuesta obtenida a nivel de recepción de candidaturas, el tiempo será variable, pero para hacer una estimación, vamos a contar 1 minuto por cada CV que revisemos (en esta fase se trata de detectar rápidamente que la candidatura cumple con los requisitos principales que hemos definido a nivel de CV)

-Entrevistas telefónicas (ET): aproximadamente, contaremos 7 minutos por llamada. A veces se lleva a cabo una segunda ronda de entrevistas telefónicas algo más extensas. Si fuera el caso, contaremos 8 minutos más por llamada.

-Entrevistas presenciales (EP): el tiempo dependerá de si se hacen entrevistas individuales o mediante dinámicas de grupo. Cada entrevista presencial suele tener una duración media entre 30-50 minutos, y cada dinámica de grupo, una duración aproximada de hora y media, contando entre 5 y 10 candidatos por dinámica.

-Valoración de candidaturas (V): muchas veces el descarte es inmediato ya mientras realizamos la entrevista, pero otras veces hay que detenerse a valorar las candidaturas que nos han dejado dudas, y especialmente cuando hemos realizado alguna dinámica de grupo con varias candidaturas a tener en cuenta, así que como duración estimada, contaremos entre 5 y 10 minutos por candidatura.

-Pruebas psicotécnicas (P), si es el caso: aquí la duración dependerá de la prueba realizada y de si la corrección es manual o automática; no vamos a poner una duración estimada en este caso, porque es demasiado variable según cada situación.

Dicho esto, cada proceso de selección nos va a suponer una media de 50 minutos ponerlo en marcha (APT+PO=50 ); entre 50-60 minutos por candidato que llegue hasta el final (CC+ET+EP+V=50 aprox); y añadir 1 minuto por cada candidatura reclutada y descartada. Vamos a poner un ejemplo:

Imaginemos que hemos realizado un proceso de selección para el cual se han apuntado 150 candidatos/as, de los cuales hemos descartado 120 en la criba curricular. De los otros 30 que han sobrevivido a la criba curricular, supongamos que 20 han sido descartados en la entrevista telefónica y 10 han sido entrevistados de manera presencial. De los 10 entrevistados, 6 ya fueron descartados mientras se llevaba a cabo la entrevista presencial y hubo que valorar con más calma a los 4 restantes.

Con estos datos, sabremos que la duración estimada del proceso de selección habrá sido de:

APT+PO=50

CC=150*1=150

ET=30*7=210

EP=10*40=400

V=4*5=20

830 minutos, es decir, casi 14 horas, es lo que nos ha costado en tiempo este proceso de selección. Esto son casi 2 jornadas de trabajo (contando el estándar de 8 horas diarias). ¿Cuánto cuesta el minuto de la persona que ha llevado a cabo este proceso? Multiplica y calcula lo que te ha costado en tiempo. Hay que decir que esta estimación se trata del tiempo medio que habrá tardado el seleccionador de este proceso, que si es un profesional en el campo tendrá el margen de error normal que se puede tener, que no es poco si no se utilizan técnicas adicionales (psicotécnicos). Pero si además del tiempo empleado resulta que la persona que ha liderado el proceso no es experta en el campo de la selección, el margen de error se dispara, y con ello se disparan las posibilidades de tener que repetir de nuevo este proceso en menos tiempo del deseado. Suma y sigue. Si el proceso hay que repetirlo, además de añadir de nuevo el tiempo del seleccionador, habrá que añadir el tiempo invertido por terceros en la formación del candidato que se seleccionó y que causa salida, más el tiempo que habrá que invertir en el siguiente candidato y la pérdida de productividad que vamos a tener mientras tanto, con todo lo que ello implica.

Como ves, el proceso de selección de personal lleva su tiempo, y ese tiempo tiene un coste que se dispara si no se lleva a cabo correctamente. Haz tus propios cálculos y valora si puede valer la pena externalizar un proceso de selección o por lo menos hacer que lo lleve a cabo una persona realmente experta en el tema. No pierdas dinero a causa de algo que puedes solventar desde un inicio.

Puedes contactar con nosotros y te informaremos sin compromiso.

 

Aryán Puerta

¿CUÁNTO TE ESTÁ COSTANDO LA ROTACIÓN DE TU PERSONAL?

Mucho se ha hablado sobre la rotación de personal. Un índice de rotación superior al 15% nos dice que hay algo que no está terminando de funcionar bien en la empresa, especialmente en cuanto a la gestión de personas (las causas principales de la rotación son las deficiencias en el Dpto de RRHH y /o malas condiciones en la empresa o puesto de trabajo).

Además del alto gasto que supone la rotación, ésta conlleva otros daños asociados que empiezan a circular cual bola de nieve, rodando cuesta abajo y creciendo cada vez más, hasta arrasar con todo (especialmente con el bolsillo de la empresa en cuestión).

Lo primero que hay que hacer para poner remedio a este problema es cuantificarlo. Si no lo has hecho ya, necesitas cuantificar el índice de rotación de tus empleados para averiguar en qué punto estás y a dónde quieres llegar.

Como sabes, el índice de rotación de personal mide la relación entre las personas que se incorporan al equipo y los que salen, es decir, el porcentaje de altas y bajas en relación al número de empleados en un periodo determinado. De este modo, El índice de rotación de personal (IRP) se puede calcular mediante la siguiente fórmula matemática:

IRP=(A/D)*100

Siendo A, el número de personas desvinculadas en un periodo determinado, y D, el total de trabajadores dentro del mismo periodo contemplado.

Cada vez que un empleado/a decide no continuar en la empresa, o la empresa decide no renovar contrato o bien despedir, es un pequeño golpe para sus resultados. Esa persona que se marcha probablemente habrá que sustituirla, y eso significa que hay que tener en cuenta todo el tiempo que va a suponer encargarse de la selección de la persona sustituta. El tiempo es dinero, así que cuantifica lo que te cuesta la gestión de la selección (punto que trataremos en más profundidad en otro artículo) o el coste de externalizar esa selección. Suma que si es la propia empresa la que lleva a cabo el proceso, lo que está gastando en esa selección no lo está invirtiendo en otra tarea más productiva, con lo cual el gasto se duplica.

Ahora hay que añadir lo que cuesta formar a la persona nueva para que esté al nivel de máximo rendimiento, ya que, según el puesto, la curva de aprendizaje será de un tiempo determinado; mientras la persona nueva se pone al nivel, ¿cuánto dinero estás perdiendo por no tenerla al 100% desde el primer día? Y no digamos si además la tienen que formar terceras personas, que deben dejar de lado sus propias tareas para esa formación, es un gasto que hay que sumar también.

Además, si la selección no se ha hecho de una manera totalmente profesional para minimizar el margen de error, habrá que añadir a la suma el gasto que supondrá que el/a empleado/ sustituto/a falle, o que no supere el periodo de prueba, y haya que repetir el proceso.

Cuantifica todos estos gastos. Mucho dinero, ¿no? Y eso que no hemos hablado de las pérdidas que suponen no tener un equipo con un máximo nivel de rendimiento. Te hago ahora la pregunta que encabezaba el título de un artículo anterior, ¿Ganas o pierdes dinero con tus trabajadores? Estoy segura de que, aunque tuvieras la suerte de contar con equipos de poco nivel de absentismo (por debajo del 2,5%) o rotación (no más del 15%), muy posiblemente puedas mejorar sustancialmente sus niveles de rendimiento, y eso te haría ganar mucho más dinero.

Puedo asegurarte que, según el punto en el que se encuentre tu empresa,y sea cual sea el problema, se puede poner en marcha un plan de acción; un plan de acción que maximice el rendimiento de los trabajadores, disminuya los índices de absentismo o rotación, que, con todos sus costes asociados, como sabes, son demasiados. En Grupo Kairos nos dedicamos precisamente a esto, y queremos ayudarte.

Haznos la consulta que necesites, nos reuniremos y te haremos presupuesto sin compromiso. ¡Deja de perder dinero y revierte la situación hoy mismo!

Aryán Puerta

¿Cuánto te está costando el absentismo en realidad?

En el artículo anterior planteábamos la idea de contabilizar lo que realmente pierde una empresa en gastos por absentismo y rotación, y es que es un dato que, si las empresas consiguieran cuantificarlo, pondrían medidas de inmediato porque no sólo hay pérdidas muy importantes a todos los niveles, especialmente económicos, sino que son gastos que en gran medida se pueden evitar. Para empezar, calcula lo que cuesta cada minuto de un trabajador, de la siguiente manera: divide el salario bruto anual del trabajador entre 244 (días laborables al cabo del año); divide la cifra resultante entre 8 (corresponde a las 8h laborables de 1 día), o entre las horas que haga por día, y por último divide la cantidad resultante entre 60 (minutos que tiene una hora). Por ejemplo, si una persona gana 24.000€/br/año, el coste de su minuto sería:

24000/244=98,36€/día

98,36/8=12,29€/hora

12,29/60=0,20€/minuto

Cada minuto que un trabajador no está cumpliendo con sus obligaciones contractuales, el que está perdiendo dinero como empresa eres tú. Vamos primero con el absentismo.

Hay muchas plantillas que facilitan las mutuas para calcular el coste de una baja por IT o AT, pero además de eso, hay más cosas que debes tener en cuenta: hay que pensar en que el tiempo que ese trabajador se ha ausentado, hay tareas que no se han hecho, y eso tiene una repercusión, tanto económica como a otros niveles. Por ejemplo, si la falta de esa persona se compensa haciendo un reparto de las tareas entre otros miembros del equipo, significa que esos miembros dejan de lado parte de sus propias tareas para completar las de la persona ausentada, por lo que seguimos sufriendo esa repercusión. Probablemente esas tareas tienen que ver con clientes de la empresa, por lo que la repercusión se hace mayor; si por el contrario las tareas del ausentado quedan en el aire hasta que vuelve a incorporarse, aunque intente recuperarlas, ya ha producido un vacío de productividad que no se va a recuperar. Por tanto, estamos hablando de una repercusión que en realidad nunca termina de amortiguarse, sino que las pérdidas se van acumulando. Una manera para calcular el total del absentismo sería: Horas perdidas*100 / N.º total de horas laborables de la plantilla. Si además sabes cuánto cuesta cada minuto de cada trabajador, sabrás un poco más sobre el dinero que en realidad estás perdiendo.

¿Vas sumando todos estos gastos? Si por el contrario, una ausencia no repercute en la productividad individual o general y es recuperada sin problema, tal vez estemos hablando de un problema de sobredimensionamiento de la plantilla, lo cual puede ser incluso más grave que soportar una ausencia. Miremos por donde lo miremos, la ausencia de un trabajador, aunque sea por un día o unas horas, tiene una repercusión económica indiscutible. Si además vamos sumando ausencias de unos y otros, y contemplamos un resultado acumulado, el resultado económico y el impacto en los clientes de la empresa es desolador, y probablemente la respuesta a muchas de las preguntas formuladas entorno a por qué llegamos o no llegamos al budget propuesto.

No sumes solamente el gasto que causa una IT o AT, suma todas las ausencias que se dan, por ejemplo, a lo largo de un mes, entre todo tu personal, y las repercusiones asociadas. Si es posible, puedes añadir el presentismo que también se dará sin lugar a dudas, es decir, cuando aún estando en el lugar de trabajo, la persona no está “produciendo”; esto se da cada vez que un trabajador, fuera de sus horas de descanso, se pone a mirar el teléfono, ir al baño, hablar con otros compañeros, etc. Son minutos de productividad que se pierden de la misma manera que si el trabajador no estuviera presente, y aunque es un dato mucho más complicado de cuantificar, valdría la pena por lo menos hacer un cálculo estimado. Cuando lo hagas, te darás cuenta de la verdadera gravedad de tu problema, pero tengo una buena noticia: desde Grupo Kairos podemos ayudarte a darle la vuelta a estos números rojos. Contacta con nosotros y, sin compromiso, haremos un análisis de tu problema y una propuesta a medida que ayude a solventarlo.

En el próximo artículo abordaremos los costes de la rotación, cuya repercusión no es menos importante, para que puedas ganar dinero en lugar de perderlo; no te lo pierdas porque estoy segura de que harás descubrimientos que antes ni te hubieras planteado.

Aryán Puerta

¿Ganas o pierdes dinero con tus trabajadores?

El foco principal que marca diferentes planes de acción en las empresas son los resultados en forma de Euros, y muchas veces esos planes de acción pasan por reducir costes limitando la plantilla, recortes en suministros y material, automatización de procesos, etc. Estos planes de acción son fundamentales para no caer en gastos innecesarios, pero… ¿Te has planteado cómo actuar sobre la fuente principal de tu éxito? ¿Que cuál es? Tu personal, obviamente. Tu personal será el que con su rendimiento te hará ganar o perder dinero, así de sencillo. ¿Eso quiere decir que estás en sus manos sin remedio? No; quiere decir que según cómo actúes y qué hagas TÚ como empresa incidirás directamente en el rendimiento de tus trabajadores/as, y con ello en tu propio éxito o fracaso.

El tema del personal en una empresa es algo a menudo muy trivializado pero totalmente decisivo, algo de lo que de puertas para afuera se habla mucho, pero sobre lo que en realidad se actúa muy poco. Grandes multinacionales que presumen de ser pioneras en RRHH dan un enfoque al absentismo basado en la persecución o control, lo cual no revierte la situación, sino que como mucho la contiene, y muchas veces traslada el problema provocando más rotación o rendimiento bajo. Tantas veces y en tantas empresas, cuando se actúa sobretodo sobre el absentismo, suele ser para tomar acciones disciplinarias o reducir plantilla, acciones que poco favorecen en el rendimiento de los que se quedan, y muchas veces las empresas entran en bucle con medidas que, lejos de recortar en gastos para ser más exitosas, las hace ser más mediocres para terminar perdiendo mucho dinero, e incluso entrar en pérdidas y consiguiente quiebra. La buena noticia es que…¡Todo esto lo podemos evitar!

A veces me pregunto por qué hay todavía tantas empresas que no son capaces de entender que en la productividad de sus empleados se encuentra el éxito de su compañía. Los trabajadores pueden hacerte ganar mucho dinero como empresa o pueden llevarte a la ruina si se descontrola la situación. Tener equipos motivados y de alto rendimiento debería ser la prioridad máxima de cualquier empresa, pero tristemente pocos lo entienden así, o entienden que para que sus trabajadores den el máximo, hay que “apretarlos”, presionarlos o “sacar el látigo”. En cambio, los que son conscientes de que del rendimiento del personal depende su éxito, y de qué manera optimizarlo, actúan directamente sobre ese foco y consiguen resultados que de otra manera no hubieran conseguido jamás.

Vamos a hablar sobre cosas más tangibles, que las puedas medir y cuantificar. ¿Te has planteado cuánto te cuestan realmente tus empleados? Hay gastos inevitables, como nóminas o gastos de S.S, pero, si no lo has hecho ya, contabiliza los siguientes costes en cada uno de tus empleados los últimos 6 meses en cuanto a los siguientes parámetros: absentismo y rotación. Para ello, puedes ir al siguiente artículo, donde desvelamos cómo contabilizar lo que realmente estás perdiendo a causa de estos dos “simples” parámetros, que dan pérdidas de millones de euros cada año a todo tipo de empresas.

De la rotación y el absentismo se ha hablado mucho, pero estoy segura de que estás perdiendo mucho más dinero del que crees. En el siguiente artículo que te explicaremos por qué.

Aryán Puerta

¿Eres un buen jefe? Parte 2

 

En el artículo anterior hablábamos de que la consecución de resultados en una empresa va íntimamente ligada a la productividad de su personal. Muchas veces somos conscientes de que nuestro personal podría hacer sus tareas muchísimo mejor pero no sabemos cómo hacer para que lleguen a su máximo nivel. Expliqué que para que un trabajador o plantilla dé lo mejor de sí deben pasar por lo menos 2 cosas:

1) A trabajador satisfecho, mayor rendimiento.

2) Tu misión como jefe/a consiste en sacar lo mejor de tu equipo.

La premisa número 1 la desarrollamos en el artículo anterior, “¿Eres un buen jefe?” (parte 1). Vamos a ver en qué consiste la 2. Antes de todo, si eres jefe/a (Da igual si jefe/a de un equipo pequeño o director/a general de una multinacional), quiero que te preguntes qué pensabas que era ser jefe antes de que llegaras a serlo. Quiero que te preguntes qué concepto de “ser jefe” tienes, si ha cambiado con el tiempo y con la experiencia, si te reafirmas en lo que ya creías hace mucho tiempo que era eso de “ser jefe”. En nuestra sociedad en los últimos años el concepto de jefe ha cambiado muchísimo; hemos llegado a sustituir el término “jefe” para empezar a hablar de “líder”, y hemos convertido el concepto a una manera dual de entender el liderazgo en las organizaciones; ahora resulta que líder es el que reúne las características positivas y hemos mantenido la palabra “jefe” para referirnos a las connotaciones negativas de dicho rol.

Por mucho que ahora diferenciemos entre “jefe” y “líder”, la realidad es que en muchos casos ha sido tan fuerte la influencia del rol tradicional de jefe que nos cuesta despojarnos de algunos comportamientos tan arraigados del jefe a la antigua usanza, porque es lo que nos enseñaron en su día y lo que la mayoría hemos vivido. Pero debemos hacerlo si queremos conseguir equipos altamente productivos y tener también nuestro propio grado de satisfacción sabiendo que somos un líder ejemplar para nuestra empresa.

Alguien que lidera un equipo o empresa debe actuar con firmeza y decisión, mandar y delegar a diario, exigir los mejores resultados. Muchos de ellos creen que actuar así significa minimizar a su equipo, dar órdenes como si de un rey medieval se tratara, presionar a su gente y, algo muy típico, “sacar el látigo”. Pues nada más lejos, señores; el que realmente consigue que sus trabajadores/as rindan al máximo es el que se preocupa sinceramente por ellos, les manda tareas de manera serena terminando la frase con un “por favor” y/o “gracias”, confía en ellos y se lo demuestra, se comunica de manera asertiva y positiva con el equipo, las llamadas de atención son en privado y van acompañadas de un tono de voz firme pero sereno, y las características positivas de cada miembro del equipo son valoradas y manifestadas siempre que es posible. Esto es, entre otras cosas, lo que distingue a un líder ejemplar de un jefe mediocre.

Muchas veces no es cuestión de ser de una manera o de otra. Todas las habilidades que caracterizan a un buen líder (valga la redundancia) se pueden entrenar y mejorar constantemente. Te invito a que compruebes tú mism@ todo esto que te estoy diciendo y verás qué diferentes son los resultados en un mismo equipo con estilos de liderazgo diferentes. Si no sabes cómo hacerlo o eres un empresario consciente de que tus personas de confianza manifiestan carencias a la hora de liderar sus equipos, no dudes en contactar con nosotros, sabemos cómo ayudarte para que tu negocio mejore de manera sustancial y dejes de perder dinero, o empieces a ganar mucho más. En Grupo Kairos mejoramos los negocios a través de las personas. Hagamos una reunión y solicita presupuesto sin compromiso, y hazlo cuanto antes mejor, porque cada día que pasa es un día menos de mayor ganancia.

Aryán Puerta

¿Eres un buen jefe? (parte 1)

Tanto si te dedicas al sector de automoción, como a la moda, a sanidad o a restauración, da lo mismo. El caso es que tienes personal a cargo, y eso a veces es mucho más difícil que gestionar el negocio en sí. Tu consecución de resultados va íntimamente ligada a la productividad de tu personal y a veces te desesperas porque ves que podrían hacerlo mucho mejor, pero no hay manera de que saquen su propio nivel de excelencia. A lo mejor has probado ya varias fórmulas para que tu equipo rinda mejor pero ninguna ha dado el resultado que esperas o que necesitas. Pues bien, cada caso es diferente, pero voy a darte un par de pistas:

1) A trabajador satisfecho, mayor rendimiento

2) Tu misión como jefe/a consiste en sacar lo mejor de tu equipo (no en hacer de “policía”, “meter caña”, “exprimir” o “sacar el látigo”)

En cuanto a la premisa número 1, te la voy a explicar. Trabajador satisfecho no quiere decir que pueda hacer lo que le dé la gana, que cobre un salario muy alto o que no se le pueda llamar la atención, no. Trabajador satisfecho significa que, a pesar de trabajar bajo presión, de quizás tener unos objetivos altos, o un nivel de esfuerzo considerable, puede contar en todo momento con un jefe que representa un apoyo fundamental en su día a día. Este jefe (en adelante líder), le ayuda a ver soluciones a los problemas, le ayuda a discurrir soluciones que a él no se le habían ocurrido, le ayuda a gestionar mejor su tiempo para facilitar sus tareas y mejorar el rendimiento; el líder también es alguien que le escucha cuando tiene alguna cuestión delicada que afecta al trabajo, le ayuda a generar autoconfianza (entre otras cosas porque confía en él), le deja que se equivoque y corrige sus errores. A veces también tiene que llamar la atención de manera severa y contundente, pero siempre lo hace para corregir una situación, no para hacer sentir mal al trabajador/a, y jamás grita ni falta al respeto, lo que le hace aún más contundente. Trabajador satisfecho significa también que se siente escuchado en su empresa, que sabe que le valoran porque se lo demuestran, que le pagan a tiempo según lo acordado, que se cumple con la palabra, que se siente parte de su organización.

Todo lo que implica que un trabajador esté satisfecho, al menos lo comentado aquí, no cuesta dinero extra y hace que el trabajador/a dé lo mejor de sí, es decir, un nivel máximo de productividad (o, al menos, de la productividad que es capaz). En cambio, cuando se dan las condiciones contrarias, el nivel de gasto de dinero y recursos que supone para una empresa ni siquiera suele cuantificarse; empezando por mucha menos productividad ( lo cual supone siempre menos facturación), siguiendo por una mala actitud y posterior mal clima del trabajador/a (tanto en singular como en plural), desidia / negligencia que acaba afectando a los clientes, conflictos varios, despliegue de recursos disciplinares implicando a más personas o departamentos, coste por despido y, muchas veces, costes derivados de demandas judiciales.

Ser un mal jefe le cuesta muy caro a una empresa. ¿Cómo de bueno te consideras? Si sientes que la descripción de jefe/líder que he dado para que un trabajador se sienta satisfecho coincide contigo, perfecto. Si en cambio no eres capaz de desempeñar ese rol y te sorprendes a ti mismo en actitudes que despiertan el recelo de tus empleados/as, tienes trabajo que hacer. En otro artículo te detallaré mejor cómo hacerlo, pero puedes contactar con nosotros y haremos un plan personalizado para ti, con resultados garantizados.

Vamos ahora con la premisa 2, según la cual tu misión como líder consiste en sacar lo mejor de tu equipo. En el artículo siguiente descubrirás qué tal estás realizando tu misión.

Aryán Puerta

¿Qué tiene que pasar para que reacciones?

Una amiga me decía el otro día: ¿Por qué tenemos que vernos en circunstancias extremas para darnos cuenta de lo importante que es la vida? Automáticamente recordé que hay miles de testimonios en que las personas, a raíz de una experiencia vital sumamente traumática, cambiamos de repente nuestra forma de ver las cosas, y, en consecuencia, cambiamos nuestra manera de pensar y actuar, llevando a cabo cambios en nuestra vida que, de no ser por esa experiencia, ni nos hubiéramos planteado.

¿Realmente hace falta vivir una experiencia extrema para que hagamos un cambio importante? Reflexionemos sobre ti: ¿Qué hace falta que ocurra en tu vida para que de una vez por todas te lances a hacer esos cambios que te llevarían a la vida que realmente quieres y que ahora te parecen una utopía? Pregunta típica: ¿Eres espectador o actor principal de tu vida? ¿Cómo sería tu vida ideal? ¿Dista mucho de tu vida actual? ¿Qué cosas haces en tu día a día para llegar a tener esa vida ideal?

Por favor, no esperes a que ocurra algo drástico para tirarte a la piscina de tu vida ideal. Lo más drástico ya está ocurriendo sin que apenas te des cuenta, y es que cada día que pasa ganas o pierdes la oportunidad de vivir esa vida soñada, y ese día que ha pasado es como un tren que ya no vuelve. Súbete a tu tren y hazlo ya. No obligues a la vida a ponerte en situaciones complicadas para que tu cerebro haga “clic”.

Es posible que no te sientas identificad@ con este mensaje. A lo mejor eres de esas personas que ya han usado su propio poder y que tienen la vida que siempre soñaron. Si es así, ¡Felicidades! Disfrútalo al máximo y no dejes de crecer.

También cabe la posibilidad de que creas que eso de la vida ideal son tonterías, que lo que hay que hacer es trabajar, subsistir y tener la máxima estabilidad posible, que con llegar a fin de mes como quien dice ya te conformas. Pues bien, a ti, incrédulo/a, te digo que no creas nada de lo que yo te digo y que compruebes las cosas por ti mismo. ¿No hay ningún cambio que puedas hacer para tener un día a día un poco mejor? ¿Por qué no pruebas a hacer cambios muy pequeños y compruebas los resultados? Por ejemplo, puedes probar a decirle a alguien “te quiero” todos los días. No tiene por qué ser siempre la misma persona. Si decirlo te cuesta mucho, puedes probar a decirlo con pequeñas demostraciones en lugar de palabras (un mensaje de “¿cómo estás?”, un “tengo ganas de verte”, una simple llamada). Si hasta un pequeño cambio así te cuesta mucho, piensa a ver qué anda tan mal en tu vida como para no ser capaz de mostrar cariño y amor hacia las personas que más te importan. ¿Qué hace falta que pase en tu vida para que reacciones?

En Grupo Kairos nos dedicamos a ayudar a las personas a mejorar en aquellas áreas que necesiten. Puedes contactar con nosotros y te ayudaremos. Tanto si eres particular como si eres empresa, en Grupo Kairos nos dedicamos a facilitar al cliente las herramientas necesarias como para sacar a la luz su mejor versión. ¡No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy!

Aryán Puerta

Un tirano en mi vida (o tirana)

 

 

¿Tienes poder? Con esta pregunta, no me refiero a si tienes la capacidad de imponerte a otras personas o mostrar que eres más grande o mejor que otro, no. Cuando te pregunto si tienes poder, me refiero a si eres consciente de tu capacidad o habilidad para llevar a cabo una determinada acción: la acción de tu vida. ¿Te gobiernas o te gobiernan? ¿Intentas gobernar a otros para demostrarte a ti mism@ lo que vales?

Muchas veces, cuando no estamos seguros de nosotros mismos, intentamos actuar “hacia afuera” para recibir un reconocimiento que nosotros mismos no somos capaces de darnos internamente, y ese es precisamente el núcleo de muchos de nuestros problemas diarios.

Muchas veces, detrás de un gran “tirano”, lo que hay es una persona pobre en valores y sobretodo, pobre en amor propio. Su propia frustración, rabia y miedo se reflejan en sus actos hacia los demás. ¿Te viene alguno a la cabeza? Cuántos de nosotros no hemos tenido alguna vez un/a jefe/a que nos ha complicado la vida en lugar de hacerla más fácil, que ha sacado nuestra peor parte en lugar de sacar lo mejor de nosotros mismos para rendir mejor, que por puro miedo a que le quitemos su lugar ha intentado minarnos y despreciarnos… Todas esas actitudes se dieron por algo muy básico y sencillo: sus propias carencias le impedían ser quien realmente hubiera querido ser. No era nada personal contra ti, era una lucha consigo mism@.

No permitas que las carencias de otra persona empañen tu mejor versión. El problema es suyo, no tuyo, no te lo quedes. Deséale suerte porque la va a necesitar, su propio castigo es su pobreza interior, no necesitas llenar tu mente de malos pensamientos porque de esta manera te contagias de su propia desgracia. Tener cerca a una persona tirana es sin duda una mala experiencia, pero de las malas experiencias se sacan los mejores aprendizajes, ¡créeme! Ten poder sobre ti mism@, que eso es algo que nadie puede quitarte, y trata de ser tu mejor versión aun en circunstancias adversas. Ese tirano es tu maestro para que pongas en práctica tus mejores cualidades, las que aprendiste cuando esta persona no estaba en tu vida.

A un tirano/a lo podemos encontrar en cualquier parte: en el trabajo, en la calle, incluso en la familia o pareja. Siempre que puedas, aleja a esa persona de tu vida sin entrar en su juego. Si por lo que sea no puedes alejarla, recuerda que su comportamiento es una manifestación de sus carencias internas y que en realidad no va contigo el asunto; en consecuencia, utiliza tu propio poder para demostrarte a ti mismo lo mucho que vales, y alégrate de no tener que recurrir a sus mismos comportamientos porque tú sí te quieres, tú sí sabes que vales y tú sabes que eres grande sin tener que pisar a nadie. Tienes el poder para evitar tu propia tiranía, lamentablemente ese tirano/a que has encontrado en tu camino no lo tuvo, o no supo utilizarlo.

En Grupo Kairos nos dedicamos a ayudar a las personas a mejorar en aquellas áreas que necesiten, a superar situaciones complicadas y a mejorar nuestra propia versión de nosotros mismos. Puedes contactar con nosotros y te ayudaremos. Tanto si eres particular como si eres empresa, en Grupo Kairos nos dedicamos a facilitar al cliente las herramientas necesarias como para sacar a la luz su mejor versión. ¡No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy!

 

Aryán Puerta -Directora Grupo Kairos –

La injusta estigmatización de los lunes

Una extraña e insana corriente social nos ha llevado a la ya casi inevitable estigmatización de los lunes. Al parecer, decir “estoy de lunes” equivale a una justificada desgana y profundo malestar porque ya pasó el fin de semana y ahora toca trabajar. Aceptamos esta corriente social sin más y la damos por aceptable, cuando en realidad es la cultura de los perdedores, de los que desaprovechan cada día su vida haciendo algo que no les gusta y que parece que sus almas solamente cobran vida a partir del viernes por la tarde, para volver a una deprimente vida de lunes a jueves. Pensémoslo bien… Quien realmente es feliz haciendo lo que hace, ¿Reniega así de los lunes? ¿Eres una de esas personas que no es para nada infeliz y que le gusta su trabajo pero aún así has caído en este tipo de dinámica sin ni siquiera plantearte por qué? Es de lo más normal alegrarte porque llega el fin de semana, sinómino de tiempo libre para hacer lo que te apetece, y eso no es malo, ya que descansar es tan importante como tener un trabajo y poder rendir en condiciones. Lo que no es nada conveniente es caer en la cultura de estigmatización de los lunes, ¡Piénsalo! Es un argumento de perdedores infelices que nada hacen para cambiar o mejorar su situación más que lamentarse y esperar su dosis de fin de semana. Ahora te pregunto, ¿A qué grupo perteneces?

Grupo 1: “Crucifico los lunes porque no me gusta nada mi trabajo y mi vida de verdad es la que tengo el fin de semana, los lunes son una montaña porque queda mucho para el fin de semana”

Grupo 2: «Me gusta el trabajo que tengo y estoy bastante a gusto con mi vida, al menos la laboral, pero es verdad que me he sumado a la estigmatización de los lunes casi por sistema, es algo que solemos hacer todos…”

Grupo 3: “cuando escucho que alguien empieza con el victimismo de lunes ni me siento identificad@ ni me gusta nada porque no lo siento así, al contrario, trato de no seguir el juego”

Si te identificas con el Grupo 1, quizás es momento de replantearte tu vida y reflexionar qué podrías hacer para ser más feliz, si puedes volver a encaminar tu vida para no sentirte así de mal, porque ciertamente eres infeliz, lo que estigmatizas no son los lunes, sino tu propia vida. Sólo tú puedes elegir lo contrario en cualquier momento, depende de ti.

Si te identificas con el Grupo 2, momento de despertar y no dejarse llevar por corrientes absurdas que intentan contagiarnos la infelicidad que a día de hoy no sentimos, no te dejes!! Reacciona y no te unas a un pensamiento tan infeliz porque no va contigo, y despierta a los que tienes a tu alrededor. Ya verás como a partir de entonces ves los lunes de otra manera.

Si te identificas con el Grupo 3, perfecto, no has caído en la trampa. Sigue así y ¡despierta a los que se dejen despertar!

Piensa en la gente que por ejemplo supera los 80 años. Si les dieran la opción de volver a la edad que tenían 20 o 30 años atrás, muchos lo harían con los ojos cerrados. ¿Crees que dirían “quiero volver, pero por favor que no sea lunes”? ¡¡NO!! En absoluto. Así que piensa en lo absurdo de estigmatizar a los pobres lunes y lo mucho que quizás querrías volver a ellos dentro de 20 o 30 años. Valora tu momento presente y vívelo al máximo, que solamente tenemos billete de ida y el momento es AHORA, así que buenos y benditos lunes.

Desde Grupo Kairos nuestra misión es mejorar los negocios a través de las personas, ofreciendo diferentes servicios orientados a sacar la mejor versión de cada organización e integrante de ella, para su propio bienestar y un óptimo rendimiento en su día a día. Contacta con nosotros y te informaremos sin compromiso a consulta@kairosgrupo.com.

 

Aryán Puerta -Directora Grupo Kairos –

A ti, empresario, y a ti, asalariado

 

Todos nosotros podemos crear cambios positivos ante condiciones negativas.

Las víctimas viven por sus excusas, y al final mueren también por ellas. Aquellas personas a las que se les da bien poner excusas, no se les suele dar bien nada más.

Sé lo mejor que puedas ser. Saber quién eres, qué defiendes, y luego tener el valor de ser coherente contigo mismo en cualquier situación. Sé real, que tus actos en el mundo reflejen cómo eres por dentro. Y ser auténtic@ y fiel a ti mism@ significa conocer tu potencial y aspirar a la maestría, porque eso es lo que de verdad eres. Ser auténtico no significa simplemente mantenerte fiel a tus valores. Ser auténtico significa ser fiel a tus talentos.

Si me niego a dar la bienvenida al cambio y aprovechar las oportunidades de funcionar mejor, simplemente porque quiero mantenerme a salvo en mi zona de seguridad, en realidad me estoy poniendo en una situación muy peligrosa que al final sólo me llevará al fracaso en mi carrera. De hecho, en estos momentos tan agitados en el mundo de los negocios, ese comportamiento seguramente conduciría al despido si eres asalariado/a, o a un estancamiento en tu empresa si eres empresario/a. Lo más peligroso que puedes hacer es negarte a cambiar y a crecer.

No necesitas ser ejecutivo para tener unas relaciones estupendas con tus clientes y expresar lo mejor de ti mismo. Tanto si estás en un lado como en otro, si estás rodeado de gente comprometida, ilusionada y magnífica que trabaja al máximo de sus capacidades, tu organización, tanto si es tuya como si no, marchará de manera óptima no solo en los tiempos de prosperidad sino también en las épocas difíciles. Las mejores empresas tienen equipos de personas que rinden al máximo, equipos de personas con las que mantienen inmejorables relaciones. Y es que en realidad un negocio no es más que una especie de conversación . Y si la empresa en la que trabajas olvida avivar esa conversación y las relaciones humanas entre los implicados, la conversación acabará pronto. Si crees que es el caso en tu organización, no dudes en hablarle de Grupo Kairos y poner remedio al asunto hoy mismo.

Una organización excelente no es más que un grupo de personas que hacen todo de manera excelente. La grandeza exterior empieza en el interior. Mucha gente vive los mejores años de su vida como en coma; no es realmente consciente de lo que de verdad importa en la vida. Lo único que de verdad cuenta es haber llegado a ser todo lo que podías ser. Como dijimos en el post anterior, la grandeza es algo interno que tiene consecuencias externas.

Pregúntate cómo quieres que te recuerden cuando ya no estés.

En Grupo Kairos nos dedicamos a ayudar a las personas a mejorar en aquellas áreas que necesiten. Puedes contactar con nosotros y te ayudaremos. Tanto si eres particular como si eres empresa, en Grupo Kairos nos dedicamos a facilitar al cliente las herramientas necesarias como para sacar a la luz su mejor versión. ¡No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy!

Aryán Puerta -Directora Grupo Kairos –

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