Gestión y resolución de conflictos para líderes: ¿Qué hacer si eres parte protagonista en el conflicto?

El tema de gestión de conflictos es muy amplio, y daría lugar a explicaciones muy extensas si tuviéramos en cuenta todas las clases de conflictos laborales que hay (individuales, colectivos…), así como diferentes tipos de soluciones (mediación, conciliación, arbitraje…); por ello, nos centraremos únicamente en aspectos básicos acerca de la gestión y resolución de conflictos, tratándolo de manera genérica para que pueda servir de referencia base en cualquier conflicto que pueda tener lugar en una empresa, y en la vida en general.

El conflicto laboral puede entenderse como la imposibilidad de que dos posturas consigan sus objetivos de forma simultánea, porque son opuestas o porque persiguen lo mismo a la vez.

Normas básicas siendo protagonista del conflicto

La norma básica nº 1 en gestión de conflictos, es que para no tener conflicto, lo mejor es no generarlo. En muchísimas ocasiones, y normalmente desde la inconsciencia, generamos conflictos que simplemente, se podrían haber evitado.

Como líderes que somos, en temas relacionados con la gestión de conflictos, debemos desempeñar más bien el rol de árbitro que el de jugador en pista; si resulta que somos nosotros mismos una parte protagonista de dicho conflicto, lo mejor es acudir a un tercero como parte mediadora, ya sea de dentro o de fuera de la empresa.

A partir de esto, si somos parte protagonista del conflicto, y al margen de si hay o no parte mediadora, las premisas más importantes de cara a gestionar un conflicto son las siguientes:

Identificar el conflicto: ¿Qué ha pasado?¿Por qué causas o motivos ha ocurrido?

-Especial cuidado con el lenguaje: debemos usar un lenguaje moderado y respetuoso (sí, aunque seamos parte protagonista del conflicto): intentaremos hablar de forma precisa, sin buscar culpables sino soluciones, y sobre todo, sin ser estridentes.

Empatía: si estuviéramos en el lado del otro, ¿Cómo lo veríamos o como viviríamos la situación?

Escuchar (sin interrumpir) el punto de vista del otro, dando feedback de lo que hemos entendido. A veces, el simple hecho de mostrarnos dispuestos a solucionar en lugar de pelear, hace que el otro “baje armas”, y empecemos a vislumbrar soluciones más allá del conflicto en sí.

-Analiza tus propias emociones: ¿qué es lo que realmente te ha hecho entrar en conflicto? Si te afecta a nivel emocional, ¿Cuál es la fuente? Probablemente es algo más tuyo, a nivel interno, que de la situación en sí. Es una excelente oportunidad para profundizar en ti mism@ y darte cuenta que “no es el personaje, es la experiencia” lo que te está afectando. Analízalo sin culparte a ti ni a la otra parte.

-Busca soluciones: recuerda que no suele haber una única solución a las cosas, así que, aunque seguramente una será más adecuada que las demás, empieza a pensar diferentes vías que lleven a la solución del conflicto.

Como líder, no te puedes permitir que haya conflictos en los cuales seas protagonista. Puede pasar en algún momento, sí, pero debe ser algo muy excepcional. Por ello, si te estás viendo implicado en este papel y te gustaría salir de él, no dudes en contactarnos YA y veremos cómo podemos ayudar. Primera consulta sin coste ni compromiso. Contacta antes de que el conflicto multiplique las consecuencias, sal de la zona peligrosa urgentemente.

-Aryán Puerta –

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