Gestión de personas: PREVENCIÓN Y CORRECCIÓN DE SITUACIONES NO DESEADAS, parte 2

 

b) Tratamiento correctivo:  trabajadores descarriados

 

Si te perdiste el tratamiento preventivo (parte a), puedes leer el artículo anterior .

La prevención es sumamente importante, pero es cierto que no siempre vamos a poder prevenir situaciones poco adecuadas; en ocasiones habrá que pararse a corregir por muy bien que apliquemos la prevención, pero es que si no aplicamos bien la prevención, nos podemos pasar la mayor parte del tiempo corrigiendo, con todo el gasto de recursos que ello supone.

Hablamos de “trabajador descarriado” cuando nos referimos a un empleado/a que, a pesar de saber cuáles son sus obligaciones, y habiendo hablado con él/ella, sus actitudes (más que sus aptitudes) muestran estar a cierta distancia de lo que como empresa necesitamos y deseamos.

Lo primero que debemos averiguar cuando tenemos este tipo de casos, es el motivo de esas actitudes. Supuestamente, el trabajador funcionaba bien hasta que algo pasó para que dejara de hacerlo. Si es algo que se da desde su inicio, tal vez deberíamos poner el foco en la selección de personal, o en el seguimiento durante los periodos de prueba.

En cualquier caso, el paso número 1, siempre que se trate de disfunciones individuales más que grupales, consiste en una charla one to one en la que, aplicando los principios de empatía, escucha activa y feedback, sea el mismo trabajador el que exprese qué es lo que está pasando en su manera de trabajar y de actuar. Hay que tener en cuenta que muy probablemente nos encontraremos con una reacción defensiva por su parte, y es normal, no penalicemos por ello. Debemos mostrar nuestra mejor disposición a pesar de no recibir lo mismo, y sólo después pasaremos a tomar las decisiones pertinentes.

Hay veces que en una empresa, cuando un trabajador empieza a tener una mala actitud o si baja la productividad, adopta medidas drásticas inmediatas y procede a ejecutar despidos que se podrían haber evitado. Es cierto que algunos casos pueden estar ya en un punto de no retorno o que no compensa reconducir porque no compensan los recursos que habría que emplear, pero antes de despedir es mejor haber explorado otras posibilidades, e ir descartando hasta que lleguemos a la opción de despido. En caso de ser el despido la fórmula más adecuada, la ejecutaremos sin entrar en ningún tipo de conflicto, porque ya no nos merecerá la pena.

Hay que vigilar si el problema lo tiene alguno de los trabajadores a nivel particular, o si es el equipo en sí el que presenta disfunciones varias. Cuidado porque si el problema no es a nivel individual y reside en el equipo, las medidas a adoptar deberán ser sustancialmente diferentes. Si el problema en cuestión afecta a varios miembros del equipo, tal vez te ayude el siguiente cuadro

¿Quieres poner remedio a las disfunciones de tu equipo? No pierdas ni un día más y ponte en contacto con nosotros, podemos ayudarte a que dejes de sufrir las consecuencias que trabajadores descarriados producen a todos los niveles.

-Aryán Puerta –

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