A ti, asalariado Parte 2

A ti, asalariad@, te preguntábamos en el post anterior, si eras portador/a de éxitos en tu empresa o si más bien representabas el palo en las ruedas de la que tu organización debería prescindir. Realmente, si el tu interior sabes que estás en la segunda opción, desde Grupo Kairos suponemos que serás consciente de la situación peligrosa en la que te encuentras. Las organizaciones saben que necesitan personas comprometidas y con productividad máxima. Los palos en las ruedas tienen fecha próxima de caducidad, y lo sabes. Tu vida laboral afecta directamente a tu vida personal, así que, si a nivel laboral estás anclad@ en la mediocridad, no esperes estar mucho mejor en tu vida personal. Ahora bien, no es una situación irreversible. Por suerte, puedes darle la vuelta cuando quieras. Puedes darle la vuelta ahora mismo y para siempre. Ninguna ocupación en el mundo es un callejón sin salida, la respuesta está EN TI.

No llegues a tu último día sabiendo que perdiste la oportunidad de ver ni de lejos lo que es la excelencia porque te creíste la mentira de que debías resignarte a la mediocridad. Sé líder de tu vida, lidera en el trabajo, lidera en casa, lidera allá donde vayas, porque si puedes existir, puedes liderar. “El liderazgo no es un complicado arte reservado para unos pocos elegidos; el liderazgo no es algo que sólo se ejerza en el trabajo. El liderazgo se da en nuestra salud, con nuestros seres queridos, en nuestras finanzas y en nuestra comunidad” (Robin Sharma, “El líder que no tenía cargo”).

Haz tu trabajo tan bien como humanamente puedas. Da lo mejor que tengas y el resto vendrá por sí mismo. Todos y cada uno de nosotros tenemos el poder de ir cada día al trabajo y dar lo mejor que tenemos dentro. Y para eso no hace falta ser jefe ni tener un cargo.

Te preguntarás, ¿Cómo puedo dar lo mejor de mí? Desde Grupo Kairos, las respuestas que te daremos son sencillas. Pasan por convertirte en inspiración en lugar del despropósito; inspira y motiva a otros, en lugar de desanimarlos. Háblate con el cariño y respeto que mereces, porque las palabras que pronuncias y que piensas determinan tu estado de ánimo. El lenguaje que utilizamos nos afecta, determina si responderemos a un contratiempo de manera optimista o apática; tus palabras no son más que tus pensamientos expresados en voz alta. Las palabras que salgan de tu boca determinarán también el lenguaje que utilizará la gente que te rodea. Las palabras son una herramienta inevitable con un uso vivificador o letal, según cómo las uses. Del tema de las palabras, hablaremos más profundamente en otro artículo.

Es fácil olvidar que para ser bueno en cualquier cosa, tenemos que dedicarle tiempo. Tienes que desprender luz sobre tus compañeros, clientes y jefes. Debes ser una de esas personas que animan los esfuerzos de otros, que busca lo bueno en los demás y aplaude hasta el menor acto positivo de quien te rodea. Eso sí, cuidado porque cuando alabes a tus compañeros, te darás cuenta de que muchas veces la gente no sabe qué hacer con un cumplido sincero, pero que eso no te preocupe, no es algo tuyo.

En una empresa, con tu actitud, estás gestionando su imagen. Da la mejor imagen de la que seas capaz por mucho que sepas cuántos puntos tiene por mejorar tu empresa; un buen trabajo te dará derecho a nuevas sugerencias.

¿Pero el desarrollo de personal no es tarea de mi jefe, o por lo menos del dpto de RRHH? En el nuevo modelo de liderazgo, NO. Tú eres el responsable de crear un ambiente de alto rendimiento en tu organización. No necesitas ser ejectutivo para tener unas relaciones estupendas con tus clientes y expresar lo mejor de ti mismo. Si actúas así, lo más probable es que acabes rodead@ de gente comprometida, ilusionada y magnífica que trabaja al máximo de sus capacidades. Haz que todo el mundo entienda lo excelente que puede llegar a ser. Sé tú lo mejor que puedas ser. Define con fuerza quién eres, qué defiendes, y luego sé consecuente contigo mism@ en cualquier situación de la vida. Que tu actitud y rendimiento sean un reflejo que lo que eres por dentro. Conoce tu potencial y aspira a la maestría, porque eso es lo que de verdad eres. Sé auténtic@ y tu mejor versión, sé fiel a tus talentos pase lo que pase. Si no te valora tu empresa, valórate tú y acompaña tu día a día de la excelencia que te mereces.

La grandeza es algo interno que tiene consecuencias externas. Pregúntate cómo quieres que te recuerden cuando ya no estés.

Esperamos que estos consejos te ayuden a mostrar tu mejor yo, pero si aun así no sabes cómo hacerlo, desde Grupo Kairos estaremos encantados de ayudarte. A ti, asalariad@, que quieres mostrar tu mejor versión y que la empresa para la que trabajas sea cada día mejor, te invitamos a a que envíes a tus responsables nuestro enlace para que trabajador@s como tú puedan beneficiarse de todos los servicios que pueden ayudaros a ti y a tu empresa a crear una organización mejor.

 

Aryán Puerta -Directora Grupo Kairos –

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