La salud como valor empresarial. ¿Estamos preparados? Parte 2

 

 

En relación con el artículo anterior (La salud como valor empresarial. ¿Estamos preparados? Parte 1,), comentábamos la importancia de la salud en nuestra vida, y dividíamos la salud física y la salud mental en 2 bloques.

Parece que ahora está casi de moda cuidar la salud física y tenemos en nuestra sociedad el tema tan en auge, que parece que el que no cuida la salud física es casi un marginado social. Esto puede estar muy bien, después de todo se promueven por todas partes hábitos saludables como nunca, pero…¿Qué pasa con la salud mental? ¿Estamos de alguna manera tapando la salud mental poniendo por delante la salud física, como si no tuviera nada que ver una con la otra?

Todos, y nadie nos libramos, tenemos problemas en la vida. Esos problemas acabarán afectando a nuestro día a día, tanto en la faceta personal como en la laboral, y dependerá de nuestras propias capacidades y herramientas el cómo afrontamos esos problemas, no sólo para superarlos, sino para que tengan una incidencia lo más baja posible en nuestro desempeño diario.

El aumento de exigencias del contexto laboral, las reestructuraciones y cambios, las dificultades para adaptarse a situaciones dinámicas, la falta de apoyo social, la inseguridad en el empleo, la conciliación de la vida personal con la laboral etc., son todos ellos factores laborales presentes en gran parte de la población que explican muchas reacciones de ansiedad que pueden manifestarse como estrés, agotamiento, irritabilidad o depresión. Contar con asesoramiento psicológico o incluso con un soporte tipo Coach  es siempre un recurso necesario importante para optimizar nuestro paso por la vida, y en algunas ocasiones pasa de ser necesario a ser casi imprescindible. 

Así como en la salud física estamos acostumbrados a la figura del entrenador personal, en la salud mental solamente acudimos a los profesionales en la materia cuando ya hemos sobrepasado una línea en la que ya estamos lo suficientemente mal como para reconocer que necesitamos ayuda; y muchas veces, ni aún así.

En EEUU está ya muy normalizado que cada persona cuente con su psicólogo, y es que si entrenamos el cuerpo contando con un entrenador, ¿Por qué no hacemos lo mismo con nuestros procesos mentales, que tantas consecuencias nos traen cuando no son óptimos? Por suerte para nuestra propia salud mental, poco a poco nuestra sociedad empieza a entender la importancia de acudir a un psicólogo, no sólo porque estamos mal, sino porque podemos mejorar aunque estemos bien y hacer un trabajo personal profundo que nos aportará una felicidad y productividad mucho más plena. En el campo de la mente, no sólo no nacemos enseñados, sino que por la falta de habilidades y por las carencias de nuestros predecesores, crecimos con una serie de “malformaciones” en la manera de interpretar situaciones, de pensar, y por tanto, de sentir y actuar, que si no trabajamos en ello podemos tener múltiples problemas y de todo tipo en nuestra vida.

Nos hemos acostumbrado a nuestras propias distorsiones cognitivas pero a veces nos horrorizan las ajenas. Hemos normalizado un funcionamiento mental deficiente a nivel general sin plantearnos que tenemos el poder de modificarlo, y que ese poder está en cada uno de nosotros. Es como si a nivel físico hubiéramos normalizado el hecho de sentir dolor constantemente; lo normal es no tener dolor físico, y si lo tenemos, solemos tratarnos, porque no vemos normal el hecho de vivir con dolor. Por tanto, ¿Por qué dejamos que sangren y duelan tanto nuestras heridas emocionales, sin hacer nada al respecto? Si lo pensamos bien, en realidad se trata de un absurdo, pero ahí estamos.

Seguramente, si fuéramos conscientes de lo que podríamos conseguir si tratáramos nuestros procesos mentales y/o emocionales, lo haríamos sin cuestionarlo, incluso antes que la salud física, porque muchas de las dolencias físicas tienen su origen en la salud mental.

Como empresa, si fuéramos conscientes de lo que podrían mejorar los ratios de productividad o absentismo, no dudaríamos en invertir en ello. Claro que hasta hace bien poco tampoco existía en España ninguna empresa que ofreciera a otras empresas la posibilidad de invertir en salud mental / emocional para sus trabajadores (y por tanto para la empresa), hasta la llegada de Grupo Kairos. Ahora, en España, por fin es posible tener un partner que te ayude a velar por la salud integral de los colaboradores / trabajadores de tu empresa mediante planes a medida, y ese partner se llama Grupo Kairos. Contacta con nosotros y te informaremos sin coste ni compromiso https://kairosgrupo.com  

-Aryán Puerta –

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