Desde Grupo Kairos, queremos hacer un llamamiento al éxito, en esta ocasión especialmente dirigido a cualquier entidad empresarial y a quien esté a cargo de ella.
La verdad es que nos llama mucho la atención que los ingredientes que llevan al éxito en las empresas a menudo hablan de todo menos de lo más importante: las personas. Claro que hay muchos factores cruciales en el camino que lleva al éxito, pero el más vital e importante de todos, y a menudo el más trivializado, es lo que concierne a las personas. Los/as empresarios, directores o ejecutivos de cualquier organización son personas. Los/as trabajadores a cargo de esa organización son personas. L@s clientes y proveedores de esa organización son personas. Y así resulta que una empresa no es más que una iniciativa humana que une a varias personas en torno a algún proyecto que hace que pongan en marcha sus talentos al máximo y a aportar valor a aquellos a los que sirven. El principal negocio en los negocios es contactar con personas y añadirles valor. Si aceptamos como verdadera esta premisa, que al menos para Grupo Kairos lo es, nos lleva a la siguiente conclusión, y es que al final, la clave de los negocios son las personas, ni más ni menos. Muchos hemos olvidado que la clave de todo está en las relaciones y las conexiones humanas. Es fácil sacrificar las relaciones en favor de los resultados a corto plazo, pero al final, esa decisión pasa factura de una manera o de otra.
En realidad, nuestra opinión es que el mundo empresarial es algo muy sencillo; somos nosotros los que lo hacemos complicado. Si aprendemos la clave y actuamos de manera inteligente, no lo complicaremos y obtendremos mejores resultados. En los negocios, igual que en la vida misma, la gente quiere rodearse de personas que digan las cosas como son, gente sincera, directa y absolutamente honesta. Decir la verdad genera confianza y respeto. Si lo hacemos con nuestros clientes, sabrán que no les mentimos. Nuestros trabajadores sabrán que no les estamos intentando dar la vuelta a la tortilla, y nosotros mismos viviremos con la satisfacción de saber que estamos actuando de manera limpia, honesta y transparente, lo cual nos convertirá en mejores personas, en mejores negociadores, en mejores empresarios. Esa manera de comunicarse clara, sincera, directa y sin tapujos requiere valentía, y es muy poco común hoy en día. Pero si somos lo suficientemente valientes como para estar al frente de una organización, significa que podemos serlo también para interactuar con nuestro entorno de manera íntegra. Comuniquemos de manera absolutamente directa y real, no hagamos papeles que para eso están el teatro y el cine. No hay mejor papel que ser uno mismo, por muy director, gerente, empresario o ejecutivo que sea.
Espero que coincidamos en la concepción de que el éxito no se debe a una conjunción planetaria. El éxito es algo que se crea cada día, con cada pensamiento y acción, y hay que hacerlo conscientemente. Es el resultado garantizado de una serie deliberada de acciones que cualquiera puede realizar. En realidad, cualquiera podría alcanzar el éxito, sin embargo muy pocos eligen alcanzarlo. Sí, hablamos de elección, porque el éxito es un estado que se elige, pero no con desearlo es suficiente. Conlleva un enorme trabajo detrás, personal y profesional…y del personal tendemos a olvidarnos. Sr empresario/a, ¿Está usted preparado/a para escuchar lo que tenemos que comunicar a continuación? Será en el próximo artículo, en la parte 2, esto no era más que una mera introducción a lo que realmente queremos decirle.
Aryán Puerta – Directora Grupo Kairos –